Callos

¿Qué es una dureza, heloma, ojo de gallo o callo? ¿Por qué tiene 7 nombres si en realidad es lo mismo?

Los callos estrictamente hablando son una queratopatía, es decir, una alteración fisiológica, química y morfológica relacionado con avance hacia el exterior de células epiteliales.

Estas durezas aparecen siempre en zonas con mayor rozamiento o presión. Por ello, un problema en el hueso suele ser el culpable de que aparezca la dureza siempre en el mismo sitio hasta que el podólogo actúa para eliminarlo, pero casi siempre esta eliminación es temporal, porque el problema de base sigue presente.

¿Pueden operarse o retirarse para siempre los callos de la planta del pie?

Lo primero que tenemos que tener en cuenta es que, si los helomas aparecen por culpa de los huesos, una persona que tenga alteración en su parábola metatarsal presentará una callosidad plantar siempre y cuando no se modifique esa parabola metatarsal por cirugía o a través de la correción ortopédica con plantillas.

Si al aplicar un tratamiento conservador no evitamos la aparición de estos helomas, podrá ser intervenido el metatarsiano en cuestión de ser la causa del callo.

Tengo un callo en el quinto dedo que duele mucho

Como hemos comentado antes, la principal causa de aparición de callos es el hueso, por lo que la forma definitiva de eliminarlo es operar el hueso que provoca la lesión. Sin embargo, cuando el paciente no quiere cirugía o tiene otros problemas que impiden realizar la cirugía se puede proceder a realizar tratamientos menos invasivos que mitiguen el dolor.

¿Por qué salen los callos?

Los helomas plantares son áreas de piel engrosada y endurecida que se desarrollan como resultado de la fricción y la presión repetida. A continuación, te explicamos en detalle las causas principales de su formación:

1. Fricción y Presión Continua

La causa principal de los callos es la fricción y la presión constante sobre la piel. Esto ocurre comúnmente en los pies debido al uso de calzado inadecuado, como zapatos demasiado ajustados o con suelas duras.

2. Calzado Inadecuado

Zapatos que no se ajustan correctamente pueden causar una distribución desigual del peso y la presión sobre los pies, lo que resulta en la formación de durezas. Los tacones altos, por ejemplo, pueden concentrar mucha presión en la parte delantera del pie.

3. Actividades Repetitivas

Actividades que implican movimientos repetitivos, como correr, caminar largas distancias pueden causar fricción y presión en áreas específicas de la piel, promoviendo la formación de callos.

4. Anatomía del Pie

Algunas personas tienen características anatómicas que las predisponen a desarrollar durezas. Por ejemplo, tener juanetes, dedos en martillo, o arcos altos puede aumentar la presión en ciertas áreas del pie.

5. Falta de Protección en las Manos

Trabajos manuales tanto con los pies como con las manos como la jardinería, la carpintería o el levantamiento de pesas sin el uso de guantes o calzado pueden exponer la piel a fricción constante, generandose callos.

6. Enfermedades y Condiciones Médicas

Algunas condiciones médicas, como la diabetes o problemas circulatorios, pueden predisponer a la piel a desarrollar callos debido a una menor sensibilidad y mayor susceptibilidad a daños.

7. Edad

Con el envejecimiento, la piel pierde elasticidad y amortiguación natural, lo que puede hacerla más propensa a desarrollar callos bajo presión y fricción.

Prevención y Tratamiento

Para prevenir la formación de callos, es fundamental usar calzado adecuado, proteger las áreas de los pies que están sujetas a fricción, y cuidar la piel mediante la hidratación y la eliminación de las células muertas de manera regular. En caso de que ya se hayan formado callos, existen tratamientos específicos, desde plantillas personalizadas amortiguadas hasta la retirada profesional en una clínica especializada.